Campo argentino, Córdoba, imagen de Alejandro Lauret

Le contestó Jesús a Nicodemo: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. 
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Y, ¿después qué? Con el agua al cuello, luego a punto de ser arrastrados y llevados por la corrientes. Entonces…. se empiezan a asimilar las noticias, algunas nos parecen malas, otras pésimas…, y, con el tiempo, le agradecemos a Dios, porque el fruto recogido fue bueno. Otras nos parecen óptimas y con el tiempo vuelven a nosotros como un boomerang cargado de polvo y humo.
Sea cual sea la situación,– dice el salmo y sugiero que puede ser tu jaculatoria–: “buscad el rostro del Señor y revivirá vuestro corazón”.
o también “el Señor- Adonai, reconstruirá las ciudades de Judá”.
Hasta mañana. Bendiciones
Escúchalo:

Salmo 68 C

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.

Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias;
le agradará a Dios más que un toro,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.

Miradlo los humildes y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas.

El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá,
y las habitarán en posesión.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella.

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