una-luz-brillo-navidad-2016Me contaba que había hecho una peregrinación durante toda la noche, caminando al Santuario de la Virgen de Itatí. La peregrinación masiva era al otro día, pero no se quería perder el acontecimiento deportivo del día siguiente. Por lo que se adelantó y caminaba solo, a oscuras, con mucho miedo. Cada vez que escuchaba un ruido o se acercaba algo que no lograba distinguir con su linterna se escondía….., «muerto de miedo».

Así pasó toda la noche hasta que vio el resplandor del sol a lo lejos en un maravilloso amanecer y poco después el Santuario.

El ser humano camina, avanza a tientas, en muchas ocasiones. Pero si mantiene la vista en la  dirección correcta, avanzando por el camino, fija en la mirada en la meta, no se pierde y verá el amanecer.

Hoy a la noche en millones de lugares se leerá este texto de Isaías, millones recordarán que no se puede «matar la esperanza», que no se puede «matar el amor», que no se puede «matar la paz», ni la verdadera alegría, ni la grandeza del ser humano, ni el gozo de vivir…

Hoy a  la noche se nos recuerda esto, por muy grande que sea la noche, por muy triste que nos parezca, siempre amanece, siempre hay lugar para la Navidad.

Arrupe, el ex-General de los Jesuitas, vivió la caída de la bomba atómica en Hiroshima. Al día siguiente, ante tanta destrucción y muerte, al celebrar la Misa, al decir, las palabras en latín, «Dominus Vobiscum» (El Señor esté con vosotros) sintió que, a pesar de todo el horror de la bomba, a pesar de todo lo que estaba pasando, Dios estaba con ellos. Dios siempre está. La oscuridad no tiene la última palabra, siempre sale el sol.

Feliz Nochebuena, hasta mañana que celebraremos la Navidad.

Isaías 9,1-6.

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.
Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia. como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián.
Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz».
Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre.