5d312-fevrier-2015653_16744492746_oSe dice cuando uno está de mal humor, «hoy me he levantado con el pie izquierdo» o «me he levantado con mal pie».

Pues bien, levántate con buen pie, mirando al cielo, dando gracias por el nuevo día, sonriendo a la vida.

Muchas cosas dependen de que el primer paso, el primer pensamiento, el primer encuentro con la realidad física, después de un viaje por el inconsciente de los sueños, sea positivo y con una oración a Dios.

Puede que las circunstancias que te esperan sean adversas. Si te levantas con actitud positiva las encararás de mejor forma.

Puede que te encuentres con que «todo va sobre ruedas». Si te levantas con una sonrisa y una oración, vivirás esos momentos con mayor plenitud.

Salmo 5, 2-10. 12-13 


Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.

A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.

Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.

Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.

En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.

Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.

Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.