El salmo se divide en dos partes.
La primera es un canto de alabanza a Dios. La segunda es una continua referencia a símbolos bélicos.
Después del canto de alabanza el ser humano se inserta en los caminos de la vida, en medio del mundo y se encuentra muchas rodeado de enemigos, de malvados, de injusticias.
Las fuerzas del mal son numerosas e importantes. Pero a pesar de todo el que confía en Dios no les teme y sale victorioso.
El motivo de esta valentía ante enemigos tan poderosos es que a nuestro lado está el Señor, el auténtico guía de la historia humana.
Un buen día para reconocer que estamos en medio de una lucha sin cuartel y que, pase lo que pase, si nos sostenemos en Dios, saldremos victoriosos.
Dios es más fuerte que el mal.
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Dice el Padrenuestro.
Repite con fe y confianza a lo largo del día estas sabias y profundas palabras de Jesús.
Hasta mañana. Paz y bien
SALMO 149
¡Aleluya!
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.