La Olla, sierras de Córdoba Ar, imagen de Adriana Virgilio

Una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla le dijo: «¡Animo, hija! Tu fe te ha curado». Y en aquel momento quedó curada la mujer.
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«Me siento vacío«.  Es una de las frases frecuentes con las que puedes encontrarte a nivel personal y en contacto con otros. Es normal porque el ser humano es tan grande, tan importante, tan elevado…, que no le da descanso pleno nada material, nada mental, solo el plano espiritual, –el salmista le dice Dios– puede llenar ese vacío.
Lo explica muy bien el salmo de hoy.
Puedes decir esta jaculatoria: «Sólo en Dios encuentro descanso«.
Hasta mañana. Feliz jornada. Bendiciones.
Escúchalo:

Salmo 61
La paz en Dios

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de El viene mi salvación;
sólo El es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuando arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque El es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
mas leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras».

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