En Allariz vivió una temporada breve pero muy fructífera, donde ejerció el ministerio del diaconado, con los Salesianos de Allariz, trabajando con los grupos de jóvenes y en el Colegio de los Salesianos, colaborando además, en la parroquia de Santiago Apóstol de Allariz, en el Colegio Público de la misma villa,  donde dictó clases  y charlas a grupos de jóvenes. Pero sobre todo, siempre tuvo en cuenta su experiencia con enfermos, en la Residencia de Ancianos de la Fundación San Rosendo y la Residencia Valverde de minúsvalidos psíquicos profundos que en aquel momento dirigían los hermanos de la Cruz Blanca.

Tanto el trabajo con enfermos, los ancianos y los de minusvalía psíquica, como su labor con la juventud marcaron ese tiempo en esta famosa villa orensana.

En Allariz vivió en la casa de un matrimonio de edad avanzada, Germán y Aurora, con los que mantuvo amistad  hasta el día que se fueron a la Casa del Padre.

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