Los “baños de luna llena”
Las fases de luna llena, ─de forma particular en verano y según estudios serios realizados─, influyen en el ánimo de las personas hasta tal punto que durante estos periodos hay más conflictos, más enfrentamientos. Por eso es interesante que en esos días meditemos y tomemos “baños de luna llena”, como les llama María, mi esposa.
¡Ah, por cierto, un inciso. Ya en el siglo XII, una mujer llamada Hildegarda de Bingen, había hablado y escrito de la importancia de la luna en la salud física del ser humano; incluso una escritora actual escribió una novela sobre su vida titulada, «La mujer de las nueve lunas».
Regresemos a los “baños de luna llena”. Hace un tiempo hablando con nuestras queridas, Gladys y Nelly, hermanas de espíritu nos dijeron que ellas venían practicando los «baños de luna llena», desde que eran bebés. Su mamá Camila, –que hace unos años dejó el planeta tierra–, se lo enseñó no solo a ellas, sino a todos sus hijos.
Comentaba Nelly: –“Nuestra madre, cuando había luna llena, nos sacaba a todos los hermanos afuera y nos hacía mirar a la luna. Mientras éramos pequeños ella nos alzaba en sus brazos y dirigiéndose a la luna nos levantaba y balanceaba hacia la luna, arriba y abajo, diciendo: ¡Salud, Sabiduría y Coraje!; ¡Salud, Sabiduría y Coraje…. !Tres aspiraciones que pedía para sus hijos y para ella misma. Cuando ya crecimos nos enseñó a que levantásemos los brazos dirigiéndonos a la luna llena haciendo el mismo gesto y repitiendo: ¡Salud, Sabiduría y Coraje!”.
Más allá de la influencia de la luna en el planeta tierra y en el cuerpo humano, –que es real–, lo que más sorprende es la petición de Camila, una madre de familia humilde y sencilla que crió a nueve hijos en un barrio de las afueras de una pequeña ciudad en la correntina, de Santo Tomé, en Argentina.
Veamos que tres perlas pedía a la luna la Sra. Camila
Salud. Cuando uno enferma es un peso para los demás. Cuidar el “hermano cuerpo” es algo esencial en la vida humana. No cuidarlo es una falta de respeto grave hacia los que están a nuestro lado.
Sabiduría. Que no es lo mismo que acumular títulos o conocimientos. Es saber, –valga la redundancia–, vivir la vida, siendo feliz. La sabiduría da las pautas para que aciertes en las decisiones de cada momento.
Coraje. Es la fuerza necesaria para seguir caminando también cuando no se ve el horizonte con claridad.
Profundos los deseos de Doña Camila.
No es extraño que José, su bisnieto, que tenía cuatro años, la pasase lo siguiente. José sentado a la entrada de su casa absorto mirando el cielo, cuando pasó una pareja de mediana edad. La mujer, lo observó y le preguntó qué estaba haciendo.
José le contestó:–“¡Vengan, miren qué grande está la luna, es luna llena!. ¡Tienen que mirarla y pedirle tres deseos!”.
Todavía perplejos, por el desparpajo del niño, se colocaron a su lado y con los ojos mirando en dirección a la luna, el matrimonio, con José, los tres al unísono, se dieron unos “baños de luna llena”.
Puedes escucharlo en audio haciendo clik aquí
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Hermosa historia, como aspirante de la astrología puedo decir que el cielo contiene infinitas señales, para quien sabe leerlas con sabiduría, como decía la señora Camila. Paz, bien y serenidad.