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¡Qué tal amigos de vida y teología! Caer y Levantarse
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Vamos a hablar hoy de, ¿qué significa esto de caer y levantarse?, y, ¿qué importancia tiene a nivel humano, a nivel espiritual, a nivel Místico?

La realidad es que somos finitos limitados, de que todo en lo humano, –por lo menos a nivel mental, a nivel físico– es falible es finito y limitado, como decíamos anteriormente. Reconocerlo no es fácil porque tenemos el orgullo, la soberbia y algunos carcomas más que están ahí siempre, –el ego–, que están siempre dando vueltas alrededor de nosotros, de la mente, de nuestra forma de pensar.

Cuando «metemos la pata» lo que hacemos es buscar a alguien que se haga responsable de nuestra «metedura de la pata», –valga la redundancia–, buscamos «un culpable».

Por lo tanto, lo primero y más importante es ser capaz de aceptar que nos equivocamos, de que podemos fallar y que de hecho lo hacemos con cierta frecuencia.

Primera parte: Caer. Es ley humana: caemos con cierta frecuencia

Ahora bien, ¿cuándo podemos descubrir o saber que estamos en el camino?

Ahí viene  la segunda parte que es «el levantarse».

Cuando lo hacemos enseguida, sin darle demasiadas vueltas, sin pensar mucho, sino analizando, reconociendo, levantándonos y empezando de nuevo a caminar: si volvemos a caminar enseguida, quiere decir que nos hemos dado cuenta, de que lo reconocemos y que volvemos –como decíamos antes– a ponernos en marcha.

Pero, eso sí, con dos condiciones que son indispensables.

La primera perdonándonos a nosotros mismos: si nos perdonamos, de verdad, entonces somos capaces, en seguida, de poner el movimiento en nuestra vida, sin ninguna duda.

Y la segunda condición es perdonando a los otros que estén a nuestro alrededor. si hay alguien que nos ha puesto la zancadilla, que se ha interpuesto en nuestro camino, que nos ha dado un empujón, y eso ha sido el motivo por el que nos hemos caído o por el que nos hemos salido de nuestra senda.

No hay ninguna disculpa, ningún culpable más que nuestro ego, nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra avaricia –todo lo que ustedes quieran– que nos puede paralizar y dejar estancados en ese hoyo y en ese pozo.

Si lo aceptamos, si tenemos sabiduría nos caemos, nos levantamos y seguimos caminando, llevando por delante, el perdón a uno mismo y el perdón al que esté implicado en esa vivencia, en esa experiencia de caída en el pozo.

En conclusión:
Caer, caerás, es la ley de la Vida Humana: Primera Parte.
Levantarse es optativo, eres libre de hacerlo. Ahora bien, si lo haces, seguirás en el Camino de la Vida: Segunda Parte.

Sí o sí, levántate.

Paz y Alegría los espero aquí dentro de 7 días

Gumersindo Meiriño Fernández

NB: El artículo fue escrito así nomás, en vivo al, ritmo del programa de radio por eso me atrevo a añadir una frase más, como postdata:
¡No importa las veces que caigas. Sencillamente, levántate e inténtalo de nuevo, una y otra vez!

Dicho de otro modo, son inevitables las caídas en la vida humana, pero lo más importante, es levantarse como acto de libertad y superación. Levantarse, aunque opcional, es la elección que nos permite continuar nuestro viaje. Así que, sin importar cuántas veces caigamos, lo esencial es levantarse y seguir creciendo y avanzando

Paz y Bien Paz y Alegría.

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