
El nombre de mi ángel de la guarda
Es un joven universitario que, como todo estudiante es curioso, vivo e inteligente. Ha estado hablando de estos temas con sus compañeros, con el sacerdote de la Universidad, con su mamá, pero parece que no le cierran algunas respuestas….
— ¿Puedo hacerle una pregunta?
—Claro.
— ¿Cómo puedo saber el nombre de mi ángel de la Guarda?
—Pues es muy fácil conocerlo, porque se lo pones tú, mejor tú tienes que “bautizarlo”, como se dice popularmente.
—Pero, ¿cómo voy a ponérselo yo?, él ya debe tener el suyo
—Amigo, el ángel de la guarda es un ser personal. Como toda persona se le identifica por su nombre. El ángel es un ser espiritual, pero no impersonal. Cuando nace un bebé se le da un nombre que le identifica. Ahora yo te digo Javier, o “Javi” y me contestas. Te identificas con esa denominación.
—Sí en eso estoy de acuerdo pero el mío, ¿cómo se llama?
—Pregúntale cómo le gustaría llamarse. Piensa de acuerdo a tu forma de relacionarte con él, de acuerdo a tu misión en el mundo, cómo deberías llamarlo.
El nombre es de suma importancia en el nivel espiritual porque tiene que ver con la esencia de la persona. Por eso en la Biblia Dios cambiaba el nombre a sus elegidos de acuerdo a la misión que iban a realizar.
Recuerda alguno de ellos, Abram, pasó a llamarse Abraham, Simón, pasó a llamarse Pedro.
Cuando le pongas el nombre a tu ángel, tendrás una relación más íntima, más “de tú a tú”. Jesús cuando cambió el nombre de Simón por el de Pedro, no solo le encomendaba una nueva misión, si no que establecía con él una relación distinta, de intimidad, de confianza, de amor mutuo…
Lo mismo va a pasar con tu Custodio…
—¿Le puedo poner un apodo?
—Sí, pero háblalo con él. Él te va a guiar. En la vida espiritual tu ángel es muy importante. Es el primer contacto, con Dios. Los primeros pasos los das de su mano. Además te recomiendo que no digas su nombre a los demás.
—¿Por qué es secreto su nombre?
—Porque El es tu compañero, tu amigo, tu acompañante, tu guía, tu confidente…. Fíjate, el arcángel Rafael no comunica su nombre a Tobit, ni a Tobías, hasta el final de su misión, cuando ya se va a la otra dimensión…, mientras está con ellos no les dice como se llama (Cf. Tob 12,15). Es parte de tu vida íntima espiritual. Habla con tu ángel, ponle un nombre y sé discreto.
—¿Qué pasa si le he dicho a mis amigos como se llama?
Cuando sepan su nombre su fuerza se debilita. Es largo de explicar, pero lo intentaré resumir. En los exorcismos, el final de la liberación se da cuando el espíritu que posee a la persona dice su nombre. Fíjate como en el evangelio Jesús pregunta por el nombre de los espíritus que tienen los poseídos (cfr. Mc. 5,9).
Guarda en el secreto de tu corazón el nombre de tu ángel, comunícate con él, familiarízate, trátalo con confianza, con sencillez. En el recorrido de tu Camino a Casa, no estás solo, tu ángel te comunica con Dios, con tu parte espiritual, te guía, te habla al oído.
—Por lo que me dice, es importante, pues, el nombre de mi ángel.
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Sí, es una hermosa manera, saber que le podemos llamar por su nombre. Paz y Alegría Marcelo
Hermosa manera de enseñarnos a tomar contacto, con nuestro Ángel de la Guarda.
Gracias!!!