La enseñanza de Manuel y el Chavo del Ocho

La Frase del cumpleaños
Manuel, comenta de pasada, en una conversación, a la que asiste su hermana melliza, con la sabiduría de alguien mayor:
–La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.
–¿De dónde sacaste esa frase?– le preguntan.
–¿Te gusta? Es de don Ramón, un personaje de la serie del “Chavo del Ocho”, ¡verdad que es genial!– responde Manuel, con entusiasmo.
Mientras el pequeño, –ese mismo día cumplía once años– cuenta lo divertida que es la serie, no puedo evitar reflexionar y pensar en el pasado. Desde mi infancia, he sido testigo de cómo la venganza se erige como el eje central de numerosas historias, tanto en el cine como en la televisión. Películas de Hollywood y series como «Los Vengadores» han popularizado la idea de que la venganza es una forma de justicia.
¿Por qué esta fascinación por el desquite?
Un ejemplo en la vida real
Hace un tiempo, un ejecutivo español me contaba que trabajando en Ecuador tuvo un conflicto con una secretaria local. En medio de la discusión, ella lo enfrentó:
–¿Quién se cree que es? Usted no conoce cómo se trabaja aquí. Es un extranjero de paso. Aquí decimos: “la venganza es dulce”. Esto no se queda así.
Aunque el ejecutivo respondió con profesionalismo, el resentimiento quedó latente, dejando una huella negativa en la relación laboral.
Los venenos de la mente en el budismo
Este tipo de situaciones nos llevan a cuestionar las raíces psicológicas de la venganza. En el budismo, por ejemplo, se habla de los «venenos de la mente», como son el odio y la aversión, que son las semillas de las que brota la venganza.
El antídoto, común en todas las creencias, es el perdón, o mejor, la disculpa. (Te dejo un enlace para hacerlo de una forma concreta, haz clic aquí), que brota de la compasión, como dicen los budistas, o de la misericordia, según los cristianos.
Los peligros de la venganza
La venganza es un veneno peligroso porque:
- Confunde: Se presenta como una solución justa y satisfactoria, pero en realidad perpetúa el conflicto y el sufrimiento.
- Es adictiva: La sensación de triunfo que produce la venganza puede llevar a buscarla repetidamente, creando un ciclo de violencia.
- Envenena el alma: El resentimiento y el odio corroen la paz interior y dificultan construir relaciones saludables.
Falsa Atracción
A pesar de sus consecuencias negativas, la venganza sigue siendo atractiva para muchos. Esto se debe en parte a que:
- Está arraigada en muchas culturas: La idea de que «ojo por ojo», la famosa ley de es una forma de justicia está presente en diversas tradiciones.
- Ofrece un cierre aparente: La venganza puede dar la ilusión de haber recuperado el control y de haber hecho justicia.
Caminos hacia la paz
Sin embargo, la verdadera paz y felicidad se encuentran en otros caminos. El perdón, la compasión y la misericordia, aunque puedan parecer difíciles y amargos al principio, son la clave para construir relaciones sanas y duraderas.
Como decía Manuel, parafraseando el personaje de «el Chavo del Ocho»:
–La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.
¿Estás dispuesto a renunciar a la dulce atracción de la venganza para construir un mundo más compasivo y misericordioso?
Sangye Dorje, (Javier Akerman) en colaboración con Ani Tempa (Amparo Abal) explica la versión budista, de la venganza y su antídoto, en un podcast:
También lo puedes escuchar en voz del autor del artículo:
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Gracias Marcelo. Es todo un tema la venganza. Siempre hay salidas que dan más paz al alma.
Que hermosa reflexión, acerca de un tema que (lastimosamente) es casi común y en muchos casos tomado como normal…
La actitud vengativa genera un circulo para nada beneficioso (para nadie)
Paz y Bien