AsísItalia, foto Paco Castro ofm

Me dices – sigo el diálogo con Cecilia sobre el tema de los ángeles- que te dan señales, ¿de qué tipo?
Sí, sí me dan, pero siempre en sueños. Cuando pedía algo en concreto soñaba con peces.
¿Con peces?- pregunto.
-Sí, sí, con peces, primero en color dorado brillante. Después soñé con un pez gigante verde. Después, ya despierta en lo real, terminé el pedido a mis ángeles y miré por la ventana. Entonces vi un hermoso arco iris y no estaba lloviendo, ni había llovido.
¿Qué sentiste?- sigo preguntando.
Pues, paz, serenidad, ganas de seguir peleándola…,
Cambia de expresión, se sonríe y sigue: –Aaaa.., y hoy tuve uno especial con un hombre y con el arcángel Uriel que me pedía que consiga una planta de quinotos; que le pidiera a la persona que estaba con él una, porque es la planta de la abundancia….y me mostró el árbol. Era muy lindo, bien anaranjado, con sus hojas verdes.
¿Por qué sabes que era Uriel?- sigo con los interrogantes.
– Ella no duda ni un instante: –Sé que era Uriel porque me dijo: soy Uriel. Y la persona que estaba al lado me lo confirmó. Uriel le pidió al señor que le rezara a María y el cielo se puso totalment anaranjado.
Le consulto por último:- ¿Al levantarte qué sentiste?
– ¡Fue Emocionante!- exclamó con el rostro deslumbrante.
Siempre hay que ser prudente en el tema de la espiritualidad. Pero hablando de sueños y ángeles. Un soñador -que soñaba y los interpretaba- cambió la historia de su pueblo y lo salvó de una gran hambruna. El soñador se llamaba José, y el pueblo, era el pueblo de Israel. Siglos más tarde otro tal José, desposó a María, que luego dio a luz a su hijo Jesús. José, el padre de Jesús, fue avisado en varias oportunidades por los ángeles en sueños. Una vez para que no repudiara a su esposa sino que la recibiera en su casa. En otra ocasión para huir con su familia, -su esposa y su hijo- a Egipto porque Herodes buscaba al niño para matarlo.
Todo ello me hace más creíble la historia de los sueños de Cecilia. Los ángeles dan señales, en ocasiones, en muchas, pueden llegar en forma de sueños.

Escúchala en audio en voz del autor:

Gumersindo Meiriño Fernández

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