Imagen de Francisco X. Castro Miramontes, alto do Cebreiro

La muerte: convertirse en mariposa

¿Es la muerte una buena noticia?
Esta pregunta me trajo a la mente una fábula que escuché en la India:
Al notar una oruga la languidez anunciadora del fin de su estado reptante y el principio de su largo sueño de crisálida, reunió a sus compañeras y les dijo: “Triste es pensar en el forzoso abandono de esta vida que tan halagüeñas venturas me prometía. Segada por la guadaña de la muerte en la flor de mi existencia, soy un ejemplo de la crueldad de la Naturaleza. ¡Adiós! mis buenas amigas, ¡adiós! para siempre. Mañana ya no existiré.”
Acompañada por las lágrimas y lamentaciones de las amigas que rodeaban su lecho de muerte, la oruga pasó a su otro estado.
Una vieja oruga exclamó tristemente:
 “Nuestra hermana nos ha dejado. Su destino es también el nuestro. Una tras otra nos abatirá la guadaña destructora como a la hierba de los prados. La fe nos mueve a esperar otra-vida, pero acaso sea una vana esperanza. Ninguna de nosotras sabe nada de cierto sobre otra vida. Lamentamos el común destino de nuestra raza”

No está de más aclarar, aunque parezca obvio, que el fin de la oruga es convertirse en una bella mariposa que vuela de flor en flor en busca del sabroso néctar.

La existencia de otra vida más allá de la muerte más gozosa que la que dejamos es una cierta esperanza. Jesús enseñó a sus discípulos no os preocupéis porque yo voy delante de vosotros a la casa de mi Padre a preparaos un lugar.

Tal y como se vive el encuentro con la muerte en la sociedad occidental parece que sea algo inesperado y terrible que destruye por completo las esperanzas humanas. El abatimiento que deja en algunas almas abre huellas profundas de dolor y amargura, incluso de fallecimiento en la ancianidad de puro desgaste físico. Se puede, incluso estar viviendo exclusivamente para cumplir los deseos de los seres que han abandonado este mundo; olvidando por completo a los que tienen cada día a su lado, a los que llegan a ignorar completamente.

Solo hay dos cosas seguras en esta existencia: una que hemos llegado a ella, la otra que algún día la dejaremos. Todos los sabios que en este mundo han sido nos han anunciado que después de esta existencia, la otra es mejor que la de ahora. ¿Por qué sufrir tanto si lo que hacemos es dejar de reptar para volar?

Dejar este mundo es pasar de oruga a mariposa.

Gumersindo Meiriño Fernández

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La mariposa azul en busca de un sueño

El mensaje de la mariposa

 

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