Ocuparse vs. Pre-ocuparse: La clave para liberarse del estrés

El cielo de Lisboa sonríe, imagen de Anabela Santos

Cómo transformar la preocupación en acción y recuperar el control de tu vida

La pre-ocupación: Un problema común

Con el ceño fruncido me comenta: ─Ando pre-ocupada.
─ ¿Motivo de la preocupación? ─pregunto.
─ Pues, ando con muchísimo trabajo y no paro. No sé por dónde empezar. Tantas tareas me vuelven loca.


La etimología lo cambia todo

Después de varios minutos de diálogo analizamos la etimología de las palabras. El saber usar el lenguaje y dar contenido real a las palabras libera a uno de muchos conflictos (ese es otro tema que veremos la próxima semana).

Del análisis sacamos algunas conclusiones. Preocupación viene de dos términos que se juntan. Uno es pre, que indica antes, un tiempo anterior al que suceda algo. Por ello se utilizan estos términos: estoy pre-jubilada, era lo pre-vistopre-campañapre-temporada, etc. La segunda palabra es ocupación: dedicarse, afanarse, trabajar, hacer, ejecutar alguna labor, trabajo o lo que sea, de forma concreta.


Pre-ocuparse: Adelantarse a lo que no existe

─Ahí está mi fallo ─explica mi buena amiga─, después de la reflexión sobre la etimología de las palabras, me estoy pre-ocupando cuando lo que tendría que estar haciendo es ocupándome, más que pre-ocupándome, ¿no le parece?

─Efectivamente ─contesté─. En mi tierra se dice “echar el carro antes de las vacas”. Pre-ocuparse es inútil porque impide ocuparse, en cuerpo y alma, de las situaciones que se presentan. Es adelantar algo que no existe, pura teoría (por cierto no dejes de mirar la imagen añadida al final de Mafalda). Al estar pre-ocupado no estás ocupado. Lo cual quiere decir, con otro dicho popular, que “estás pedaleando en el aire”, sin avanzar, siempre en el mismo sitio. Con ello lo que haces es cargar las pilas del estrés, la angustia, la desesperación.


Ocuparse: La acción que libera

─Es bien fácil, ¿no?…..─, deja la frase colgando y me mira esperando algo más, algún otro argumento.

─Desde mi punto de vista, ─le comento aceptando el guante que me ofrece─, ocuparse libera; pre-ocuparse esclaviza, amarga y encierra a la persona en la cárcel de la inutilidad. Porque el que se pre-ocupa, –vuelvo a repetir–, no se ocupa o se ocupa mal, desganado, cansado, antes de empezar lo que debía ocuparle.


 Un juego de palabras con impacto real

─Lo que decía antes, es realmente fácil, ¿no le parece?…, se trata de conjugar en la vida práctica este pequeño juego de palabras ─dice la señora mirando al cielo mientras el sol se esconde tras uno de los robles que nos rodean─ ocuparse y no preocuparse.

Gumersindo Meiriño Fernández

El artículo de Gumersindo Meiriño Fernández ofrece una reflexión sobre la diferencia entre preocuparse y ocuparse. A través de un diálogo sencillo, se destaca cómo la preocupación, que anticipa problemas que aún no han ocurrido, impide a las personas actuar eficazmente en el presente.

El autor utiliza la etimología de las palabras para ilustrar que la «pre-ocupación» es un estado que consume energía y aumenta el estrés, mientras que «ocuparse» se presenta como la acción que libera y permite avanzar. La lección es clara: es más productivo y saludable centrarse en el presente y actuar, en lugar de anticipar y temer problemas futuros.

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