¡Qué tal amigas! ¡Qué tal amigos!, vamos a hablar en vida y teología de San Benito de Nursia porque estamos en torno a los días en que se recuerda su memoria y se celebra su fiesta. Uno se puede cuestionar, ¿por qué es tan importante San Benito de Nursia, San Benito Abad?

Es verdad que últimamente se ha extendido mucho su recuerdo, gracias a su fuerza como protector, como defensor contra la maldad, contra la brujerías, contra los malos deseos, etcétera y se colocan su medalla, pues, en alguna parte del cuerpo en alguna parte que lleva uno consigo, en las puertas, en las entradas de los hogares; pero yo quería resaltar como su regla, su regla resumida en el ora et labora, dio orden y armonía a toda la cultura occidental.

Desde que él hizo la regla y los monjes de San Benito se extendieron por todo el continente podemos decir que la vida occidental se dividía con orden y armonía en tres grandes bloques: Oración, Estudio, Trabajo.

El primero era oración y estudio. Entonces los monjes tenían más o menos varias horas entre la oración y estudio luego algunas horas de trabajo manual, en contacto con la naturaleza, y otras  horas para el sueño, para el descanso.

Todo en contacto, en comunión y de acuerdo con la naturaleza: levantarse cuando el sol, en la medida de lo posible, salía e ir a dormir, –también en la medida de las posibilidades y de acuerdo donde vivían, en la cultura en que se insertaban los monjes–, ir a descansar al sueño de cada noche, cuando el sol se iba.

Y creo que eso es una de las claves que tenemos que entender todos los seres humanos: que en nuestro cuerpo hay orden y armonía, que en el cosmos hay orden y armonía, que en el planeta tierra hay orden y armonía.

A través de la oración y el estudio intentamos poner en orden y armonía a nuestra mente con nuestro espíritu, con el trabajo manual.
Esas otras horas de trabajo manual hoy mucha gente no puede hacerlo, pero tiene que buscar alternativas, hace que uno se inserte en esa orden y armonía en contacto con la naturaleza, la siembra, la cosecha etcétera.

Y luego el descanso que es cuando el espíritu y la mente respiran, asimilan durante más o menos unas ocho horas; donde las glándulas descansan. Donde, incluso gran parte de la naturaleza, entra en el sueño de ese descanso y el ser humano se une a él.

Es verdad que muchos no pueden hacerlo por motivos de trabajo u otras causas. Pero uno se pregunta, ¿qué motivo hay en que los jóvenes hoy, para divertirse, tengan que estar toda la noche despiertos? Incluso en pleno proceso de crecimiento cuando las glándulas deberían estar –en contacto y de acuerdo a la naturaleza– descansando, para que crezcan en la armonía y en orden. Una buena pregunta.

Gracias San Benito de Nursia, San Benito Abad por esa sabiduría que has dejado en nuestra cultura y que sigue siendo hoy como una sabiduría que debemos escuchar y aplicar.

Paz y alegría, nos vemos dentro de siete días.

Gumersindo Meiriño Fernández

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