
Hay salmos, como en este caso, que impresionan por su fuerza e incluso pueden llegar a escandalizar.
El ser humano piensa y actúa humanamente o piensa y actúa de forma des-humanizada. Pero Dios actúa de otra forma.
El hombre poderoso puede cometer todo tipo de execraciones y depravaciones.
Dios es omnipotente, tiene todo poder y ese poderío, ¿sabes cómo lo manifiesta? En su misericordia. El poder de Dios es la Misericordia.
¿Quieres ser ‘poderoso”? Poderoso al estilo del hombre depravado. Sé cruel, despiadado, vengativo…
¿Quieres ser “poderoso”? Poderoso al estilo de Dios, sé compasivo misericordioso.
Hasta mañana bendiciones
SALMO 58 (57)
¿Es verdad, poderosos, que dais sentencias justas?
¿Qué juzgáis rectamente a los hombres?
Al contrario, en el corazón planeáis delitos,
y en la tierra, vuestra mano inclina la balanza
a favor del violento.
Se extravían los malvados desde el vientre materno,
los mentirosos se pervierten desde que nacen:
llevan veneno como las serpientes,
son víboras sordas que cierran el oído,
para no oír la voz del encantador
del experto en echar conjuros.
Oh Dios, rómpeles los dientes en la boca,
quiebra, Señor, los colmillos de los leones;
que se derritan como agua que se escurre,
que se marchiten como hierba pisoteada;
sean como babosa que se deslíe al andar,
como aborto que no llega a ver el sol.
Antes de que broten como espinas de un zarzal,
que los consuma el fuego como a los cardos.
Y goce el justo viendo la venganza,
bañe sus pies en la sangre de los malvados;
y comenten los hombres: «El justo alcanza su fruto,
porque hay un Dios que hace justicia en la tierra».