Los tres principios de Hugo

Me habla rápido, concreto, preciso y, por esta vez, muy tranquilo. Con mate en la mano del que previamente ha sacado el polvo y ha mezclado una serie de hierbas naturales. Pide disculpas, se levanta y regresa al minuto diciendo: –Disculpa pero al mate le pongo un poco de salvia para empezar y que sea tan amargo.

Mientras compartimos el mate hablamos. Me dice: –Yo, estos últimos años me muevo con tres principios fundamentales que me han dado buen resultado.

El primero: No tengo preocupaciones, solo ocupaciones. Ejemplo. Voy con mi señora a la fiesta. Y empieza a decirme: “estará bien Julián, nuestro hijo pequeño. Tomaría el remedio que le dejé a la abuela…” Entonces le digo a mi señora. Está bien ocupémonos del asunto tomemos el auto y vayamos a ver si está bien y regresamos a la fiesta para estar cien por cien en la fiesta. Pero deja ya de preguntar y pensar en el pequeño Julián…

-Estoy de acuerdo, Hugo- le digo

El segundo es dejar todo en las manos de Dios. Ese me cuesta más.

Y el tercero, reconocer lo que no tiene solución y aceptarlo. Si hay solución, ponerla en marcha. Si no aceptarla y practicar el segundo principio, dejarlo en las manos de Dios.

Hay dos que cumplo casi al cien por cien, otro no sé si llegará al cuarenta o al sesenta…

Los tres me están dando resultado.

Seguro que hablaremos otro día con más profundidad de estos temas. Mientras se aleja viene a mi memoria una oración que vi por primera vez en Lourdes, en un cuadro de un comedor y que dice así: Señor, dame paciencia para sobrellevar las cosas que no tienen solución; dame fortaleza para realizar las que tienen solución. Señor, dame sabiduría, para saber separar unas de otras.

Gracias Hugo por los mates y por compartir tus tres principios de vida.

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