
Las riquezas no pueden ser el rescate de la vida, según el salmo de hoy.
Existen dos confianzas opuestas: la persona que la busca el sentido de su vida en las riquezas y
y el que basa la confianza en Dios.
Sólo Dios puede pagar el rescate.
Las riquezas son pura ilusión.
El rico muere, igual que el pobre, igual que el animal.
Una vez escuché esta frase: «Era tan pobre, tan pobre que solo tenía y solo podía repartir… dinero…«.
Nunca seas inconsciente…
Decreto- Jaculatoria- Mantra: A mí, Dios me salva.
o también: el hombre rico e inconsciente es como un animal que perece.
Léelo escúchalo:
Paz y Bien, Bendiciones.
Salmo 48 B
Este es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
***
A mi, Dios me salva…!
Sólo Él, puede pagar el rescate!