Puerto Bemberg, Misiones Argentina, imagen de Carlos Nava

Jesús conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan?
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En la parte segunda del salmo –en la de hoy–  siguen los improperios y la desgracia que parece seguir a este justo. Pero aquí se llega más lejos todavía hace hincapié que incluso es traicionado y vilipendiado por sus amigos (de forma semejante a como le pasa a Job). Así somos, el mundo está lleno de dolor, de traiciones…, algunos incluso de forma hipócrita hablan, dicen cosas lindas pero su corazón vomita odio…, no eres ajeno –ni tú ni nadie– a que te pase alguna vez…, pero sí puedes tener una actitud diferente a los demás si  tienes en cuenta que detrás de todo hay una Mano más fuerte y poderosa, si tienes confianza, si pones tu parte, sales adelante…,
Te propongo esta jaculatoria: «El me sostendrá»
o también, Su paz rescata mi alma.

Paz y Alegría, hasta mañana.
Escucha lee:

Salmo 54 B

Si mi enemigo me injuriase,
lo aguantaría;
si mi adversario se alzase contra mí,
me escondería de él;

pero eres tú, mi compañero,
mi amigo y confidente,
a quién me unía una dulce intimidad:
juntos íbamos entre el bullicio
por la casa de Dios.

Pero yo invoco a Dios,
y el Señor me salva:
por la tarde, en la mañana, al mediodía,
me quejo gimiendo.

Dios escucha mi voz:
su paz rescata mi alma
de la guerra que me hacen,
porque son muchos contra mí.

Dios me escucha, los humilla
el que reina desde siempre,
porque no quieren enmendarse
ni temen a Dios.

Levantan la mano contra su aliado,
violando los pactos;
su boca es más blanda que la manteca,
pero desean la guerra;
sus palabras son más suaves que el aceite,
pero son puñales.

Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás
que el justo caiga.

Tú, Dios mío, los harás bajar a ellos
a la fosa profunda.
Los traidores y sanguinarios
no cumplirán ni la mitad de sus años.
Pero yo confío en ti.

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