
«Después, Jesús le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas.»
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Amor, misericordia y fidelidad. Tres palabras que el pueblo de Israel atribuye a Yahvé.
Las tres insuflan el aliento que necesita en los momentos difíciles.
Esto se cumple de forma especial en el Ungido, al que nunca le faltará estas tres palabras que definen a Yahvé: amor, fidelidad, misericordia. Todos somos «Ungidos de Dios».
Mantra: Mi mano está siempre con él (el Ungido).
o esta: Mi fidelidad y misericordia le acompañarán.
Buen Camino. Paz y Alegría.
Salmo 88 B
Un día hablaste en visión a tus amigos:
«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.»
Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso;
no lo engañará el enemigo
ni los malvados lo humillarán;
ante él desharé a sus adversarios
y heriré a los que lo odian.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder:
extenderé su izquierda hasta el mar,
y su derecha hasta el Gran Río.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora»;
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.
Le mandaré eternamente mi favor,
y mi alma con él será estable;
le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo.
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