ImageSALMO 23 (22)
Ningún mal temeré

¿Cómo te ha ido la semana?

Padre hoy me he levantado cansada, un poco triste y muy desilusionada. Me preguntará el porqué. Pues por varios motivos.

Primero porque no sabía por donde empezar el múltiple trabajo que se me había acumulado.

En segundo porque vino a mi mente la escena de la noche anterior con uno de mis hijos que me hizo discutir con mi esposo, y, lo más grave de todo es que sentía una profunda desilusión por la forma en que se había comportado mi marido, porque era un tema que habíamos hablado muchas veces.

Así era el ambiente cuando me acordé de los consejos de que tenía que rezar al empezar el trabajo y cuando me viniesen tormentas negras a mi mente. Tomé el libro de los salmos y leí uno de ellos que decía, “El Señor es mi pastor…” hasta tres veces y…, ¿lo podrá creer? empecé a sentirme mejor. Me cambió el humor, llamé a mi marido y le conté un chiste, todo cambió en mi mente, en mi cuerpo … sonreí y empecé a trabajar con otros aires y con una idea fija en mi mente, “Dios repara mis fuerzas…, nada ni nadie me robará la alegría ni el optimismo

Este salmo es una delicia para el espíritu.

Te endulza el corazón.

Airea tu mente.

Reverdece tu pensamiento.

Descansa tu cuerpo.

Que el Señor te llene tus manos de abundancia.

SALMO 23 (22)

  Ningún mal temeré

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El Señor es mi pastor, nada me falta.

En prados de hierba fresca me hace reposar,

me conduce junto a fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas.

Me guía por el camino justo,

haciendo honor a su Nombre.

Aunque pase por un valle tenebroso,

ningún mal temeré,

porque Tú estás conmigo.

Tu vara y tu cayado me dan seguridad.

Me preparas un banquete

en frente de mis enemigos,

perfumas con ungüento mi cabeza

y mi copa rebosa.

Tu amor y tu bondad me acompañan

todos los días de mi vida;

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término.

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