Tiene unos cincuenta años. Me comenta de sus hijos y sobrinos “Los jóvenes de hoy no piensan en el futuro solo viven de día en día, así beben y beben, no piensan en las repercusiones. No los entiendo”.
Vivir el hoy, carpe diem decían los clásicos, porque no puedes asumir el pasado, porque temes el futuro, porque no te preparas para lo que viene, es de cobardes.
También lo es aislarse en el pasado viviendo de recuerdos.
Vivir el momento presente con plenitud es algo reservado para los grandes.
Pero mirar hacia atrás para ver lo grandioso del pasado es alimento y acicate, en ocasiones puntuales, para vivir el presente de forma plena.
¡Vaya juego de palabras!
El pueblo de Israel cuando era infiel a Dios se perdía del camino auténtico era invitado por Moisés y los demás profetas a mirar la historia, recordando cómo Dios lo había rescatado de la esclavitud, de las maravillas y milagros que el Señor Yhavé había hecho con él. Esa evocación del pasado grandioso renovaba su fe, les afianzaba para cumplir la voluntad de Dios en el hoy.
Guarda en el corazón las palabras que te motivan, los pensamientos que te alientan, los momentos que te animan a vivir en plenitud cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo….
Dios es grande, es el creador. Mira el cielo, las estrellas. Observa las obras maravillosas que ha hecho.
Y renueva tu ilusión por vivir con plenitud cada momento.
No temas, estás en buenas manos. En las manos de Dios Padre y Madre.
Lo que viene será mejor, siempre para bien, para los que viven con plenitud el presente, agradecen lo aprendido en el pasado y preparan con amor el futuro.
Hasta la semana que viene bendiciones para ti y para tu familia
SALMO 76 |
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