Imagen de Esteban Verellén

Cada año trae una nueva vida, una nueva esperanza, una nueva ilusión, unos objetivos nuevos y renovados.

Cada año trae sus propias inquietudes y propuestas.

Cada año es igual al anterior y al mismo tiempo diferente.

Cada año nuestro cuerpo, nuestra mente, evolucionan, cambian, se modifican.

Cada año es un año más y un año menos.

Cada año amanece la rutinaria y maravillosa presencia del sol, la lluvia, las estrellas….

Te propongo que en este año te acompañe la presencia de Dios con una oración que ha movido los corazones de millones de personas de distintas generaciones, culturas, razas, religiones, pensamientos…

Que sea tu leitmotiv estos trescientos sesenta y cinco días.

Que en los momentos de alegría acudas a él para dar gracias.

En los de desaliento para renovar tu ánimo.

En los de cansancio para recargar las pilas de la fortaleza.

Para cada instante y momento sentirte protegido, darte cuenta de que tu vida tiene sentido, es maravillosa, es fiesta y alegría porque estás en las manos de la Vida.

No estás aquí por casualidad sino por causalidad.

Te proponemos el Salmo 32. Un Canto maravilloso a la Vida. Aunque parece que este canto surge de un trasfondo de debilidad humana,  sin embargo emerge la fuerza de la palabra creadora que re-nueva todo con su fuerza de modo semejante a como se hizo en la creación.

La historia está en manos de Alguien Sabio y Misericordioso, eso nos da una alegría y una esperanza que está más allá de las distintas circunstancias humanas que podamos vivir en cada momento histórico.

Recítalo y medítalo –teniendo siempre en cuenta su contexto histórico que no le quita nada de su fuerza–  que sea luz en tu camino. Bajo la guía de los ángeles del arcángel Raziel, de su mano vamos a recorrer los Caminos del Año 2022 con paso firme.

Lo hemos dividido en dos partes, lo puedes recitar entero o por partes.

Paz y Bien

 

Salmo 32

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones:

que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.

Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.

***

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.

No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

***

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