Una entrevista de Jesús Manuel García de La Voz de Galicia
¿Qué tal les va en esta nueva vida?
No es tan nueva. Han cambiado varias cosas, pero no lo esencial.Es nueva porque comparto todas las cosas con mi esposa y al mismo tiempo sigo con una misión que es la misma, poner a Dios como lo primero y principal en mi vida. Ahora con la ayuda de mi mujer, María.
¿Dónde Viven?
Cuando estamos en España vivimos en Oseira. Cuando estamos en América, En Argentina en Santo Tomé un pueblo que fue una antigua Reducción jesuita.
¿Desde cuándo vive nuevamente en España?
Llevo tres meses en España.
¿Cómo les han recibido sus amigos y compañeros?
Me he sentido muy acogido y si lo comparo a otros años tengo que decir que fue un poco más entrañable y cariñoso el recibimiento. He visto que algunos incluso manifestaron su cariño de forma especial, hasta emocionarse en este reencuentro.
¿Y la familia?
Bien, gracias.
Toda familia que tiene ya establecido el lugar de cada miembro puede que al principio le llame la atención. Pero también la familia conoce mejor que nadie a sus miembros.
¿Qué relación mantiene con el obispado?
Con el Obispado, he iniciado los trámites de la dispensa y mi relación es normal.
¿Alguien de la curia quiso hablar con usted al saber que había vuelto a Ourense?
He tenido relación con algunos amigos sacerdotes que al mismo tiempo son miembros de la curia.
¿Cómo vieron en América su boda?
En general, salvando las excepciones que provocaron el escándalo la reacción, fue normal.
¿Cómo está el proceso burocrático para dejar de ser sacerdote? ¿Ya no lo es?
Sigo siendo sacerdote. No se deja de ser sacerdote nunca. Me siento sacerdote, mis manos son sacerdotales son las mismas de mi primera Misa, lo único que al no ser compatible en la iglesia católica celibato y sacerdocio, he dejado para entendernos de “ejercer” el ministerio sacerdotal. He sido ordenado presbítero según el rito de Melquisedec, por eso mi sacerdocio es igual de válido que el de cualquier otro sacerdote; es eterno. En ningún momento he dejado de ser sacerdote, ni tampoco dejaré de serlo cuando me den la Dispensa.
El proceso burocrático, como le llama usted, como todo trámite de este tipo, lleva su tiempo.
¿Le han prohibido desarrollar su labor como teólogo?
Soy doctor en teología no sólo a nivel eclesiástico sino también a nivel civil. Es un título universitario como los demás. Nadie puede impedir ejercer una profesión libre. Ahora mismo mi labor es ésa.
¿Cómo desarrolla su trabajo?
Sigo trabajando como teólogo a nivel catedrático, como escritor, tengo libros editados, doy conferencias en congresos, participo en un programa de radio
Cuando hablé con María de casarnos, además de declararle mi amor, nos planteamos nuestra forma de vida como pareja: seguir como misioneros, en nuestras actividades pedagógicas (o formativas) y queremos desarrollar una forma de trabajar complementaria: ella es Directora de Discernimiento Espiritual, jesuita y oriental.
Por lo tanto, con mi esposa, ella desde sus conocimientos y prácticas y yo desde mi profesión de teología, seguimos intentando ayudar a las personas.
Ahora mismo está a la venta en América y España dos libros escritos con este afán de ayudar a muchas personas: Reiki Crístico. El equilibrio físico, psíquico y espiritual desde el Evangelio y otro más divulgativo que se titula “Buenas Noticias del Padre Gumer»
¿Qué les parece la carta leída en todas las iglesias de aquel país cuando se supo lo suyo? ¿Acudieron muchos fieles a aquella boda a pesar de la advertencia del obispo de que incurrirían en pecado mortal?
Quien hizo la advertencia no fue el obispo de Santo Tomé, que en eso momento no lo tenía . El que hizo la nota fue el Administrador Diocesano y dos sacerdotes más.
La carta confundió a la gente y levantó la polémica y un debate a nivel nacional e internacional.
De cualquier forma es tema pasado.
¿Cómo es un día en la vida de Gumersindo ahora que está casado?
Como la de cualquier hombre, que comparte su vida con su señora, con sus actividades, su religiosidad. Y al mismo tiempo el hecho de estar casado con María y ser misioneros tiene sus particularidades. Recibimos enfermos y personas religiosas con afán de búsqueda.
¿Por qué viven en Oseira? ¿Alguna razón especial familiar o de querencia al lugar?
En Osera nací, aquí están mis raíces. Pero además de ello porque nos gusta la naturaleza, los lugares tranquilos, y por la espiritualidad que se respira. Nuestra actividad nos obliga a vivir en América y en Europa.
¿Qué planes tiene para su futuro inmediato? ¿De qué viven?
Nuestro plan es continuar misionando. Vivimos de nuestras profesiones.
¿Compensaron los años de sacerdocio o lamenta no haberlos zanjado mucho antes para casarse siendo más joven?
Mis años de sacerdocio fueron apasionantes, no los cambio por nada. Fueron momentos felices de mi vida. El amor llegó en el momento justo, en el que quiso Dios. Conocí a María, cuando Dios quiso, la Providencia tiene su momento.
¿Qué aficiones tiene?
Siempre me gustaron los deportes y la vida al aire libre. Me gusta jugar a fútbol. En Argentina jugué en la liga de veteranos, por cierto salimos campeones…., me gusta pasear y poder tener cerca la Naturaleza, los paisajes verdes de Galicia. Los alrededores de Osera son lugares preciosos para darse un buen paseo o el Cañón del Sil y los bosques.
¿Qué lee?
Estoy leyendo algunos libros de autores de origen oriental que son muy interesantes: Krisnamurthi, otro de Yogananda, un libro de Thomas Merton y uno de Rahner.
¿Qué música escucha?
Depende del momento.
Música de meditación para momentos de oración. Música alegre para los momentos de descanso o al hacer algún ejercicio físico.
De todas formas la música que más me llama la atención es pasear por el campo y sentir los cantos de los pájaros, el murmullo del agua o el mismo silencio, es una música especial.
¿Va al cine?
Muy poco pero le recomiendo una película que he visto recientemente: “Prueba de fe”.
En estos casos como el suyo siempre sale el socorrido tema del celibato de los sacerdotes, de no existir, ¿habría más curas?
Soy cura pero no adivino. No le puedo decir qué pasaría sino hubiese celibato. Sólo puedo decirle que conozco curas célibes que son personas excelentes yo diría santos. He tenido la suerte de encontrarme con varios de ellos. Son curas célibes que tienen el amor en su corazón, curas célibes pero que su alma no se ha secado sino que ha aumentado con su entrega generosa y silenciosa.
Tengo la agenda llena de notas sobre historias de la generosidad de ellos. Creo que en el futuro voy a escribir un libro sobre curas célibes, auténticos maestros de amor: tengo en la cabeza ahora mismo más de diez que son vidas para contar.
Por cierto, ¿alguno le ha comentado que le gustaría seguir su mismo camino?
Le puedo decir que hay curas que están en discernimiento. Eso no supone que quieran seguir o no el mismo camino que el mío. Rezo para que cada uno encuentre su camino.
¿Que un sacerdote se case equivale a dar la espalda a Dios?
Que un sacerdote se case no es dar la espalda a Dios. Le explico con un ejemplo concreto: en la iglesia católica hay sacerdotes casados. Son excepciones pero los hay. En los primeros siglos del catolicismo había curas casados. Por cierto, el primer concilio que impuso el celibato obligatorio para los curas fue un concilio español.
La ley del celibato sólo es una ley eclesiástica que se puede derogar. Si hubo siglos que no fue obligatorio el celibato y hoy mismo hay en la iglesia católica sacerdotes casados queda claro que un sacerdote que se case no da la espalda a Dios.
En mi caso concreto puedo decirle que mi casamiento me ayudó a acercarme más a Dios, cara a cara. Para nada significó un alejamiento de la fe.
Orense Septiembre de 2007, para la La Voz de Galicia
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