Un cura gallego se casó en Argentina sin dejar los hábitos
Gumersindo Meiriño contrajo matrimonio civil con una colaboradora
Desde el 2001, el sacerdote ourensano realizaba trabajos sociales en un pueblo de Corrientes
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- Autor del comentario: Arturo Lezcano González Localidad: buenos aires
La boda civil de un sacerdote gallego ha desatado un escándalo en la provincia de Corrientes, en el norte argentino. El pasado 22 de diciembre, Gumersindo Meiriño, natural de Oseira (Ourense) contrajo matrimonio con María Goli, una mujer que colaboraba en el trabajo pastoral de Meiriño en la pequeña localidad de Virasoro, a 30 kilómetros de la ciudad correntina de Santo Tomé. Allí llegó el sacerdote gallego desde Ourense hace cinco años para ejercer tareas de trabajo social, y allí conoció a María, nacida en Buenos Aires, de la que se enamoró «de un flechazo», según sus propias palabras: «Ella estaba misionando en esta zona, y compartimos tareas en seminarios, charlas, entrevistas, en un programa de radio, y en la elaboración de un libro». A finales de noviembre, Meiriño comunicó a la diócesis de San Tomé su determinación de casarse, a la vez que solicitaba la dispensa papal que le libraría de las facultades del sacerdocio. Pero el padre Gumer entendió que el amor no podía esperar a la burocracia eclesiástica, y se casó sin haber colgado la sotana, lo que provocó la condena de la diócesis, sin razón, según él: «Soy plenamente consciente de que ante la ley de Dios lo primero es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. La decisión de casarnos la hemos tomado desde el amor», declaró Meiriño, que es doctor en teología.
La jerarquía eclesiástica reaccionó con una carta que fue leída en las misas de la diócesis de Santo Tomé el domingo previo a la boda. En ella se advertía a los que tuvieran intención de participar de la boda de Gumer y María que incurrirían en «pecado mortal». La pareja siguió haciendo oídos sordos: «Queremos continuar nuestro camino de evangelización, pero ahora desde otro lugar», aclararon.
El asunto no ha parado de generar expectación en Argentina. Precisamente para que no se frivolizara al respecto, el semanario El Lector , de Virasoro, en el que colabora Meiriño, publicó la historia del cura enamorado y ofreció un reportaje gráfico de la boda. «Él es muy carismático y querido en toda la zona, y había que contarlo para que luego no saltase a la luz como un tema mediático», afirma Roberto Rodríguez, director del semanario donde Meiriño publica una columna titulada Las buenas noticias del Padre Gumer .
Desde ahora el epígrafe se cambiará por el de Las buenas noticias de Gumer .