El balcón de Julieta testigo de los encuentros entre Romeo y Julieta

Comenzamos el programa y lo hacemos como cada lunes con la Semilla de la Semana a cargo del doctor Gumersindo Meiriño.

Amigo, amiga del grupo De Oriente a Occidente. Acabo de llegar aquí a la casa de Julieta, de la famosa obra de teatro de Shakespeare: Romeo y Julieta. Lo que está atrás es el balcón que dice la tradición; y ahí un poquito más atrás está la famosa estatua que todo el mundo toca el pecho de Julieta para tener suerte en el amor.
El amor es algo que nos atrae, es algo que llama la atención y que marca de alguna forma también la esencia del ser humano. Quizá también el hecho de que esta obra de teatro haya sido tan famosa se deba a que hay un poco (un mucho más bien) de tragedia. También en lo humano hay tragedia, amor, tragedia, enamoramiento.
El verdadero amor lleva a la paz, el verdadero amor lleva a la armonía, el verdadero amor lleva a la luz.
La pasión desenfrenada, la pasión desbordada, termina en tragedia.
El ser humano, a veces, busca sin querer la tragedia, llevado por la pasión. Si esa pasión, esa fuerza tremenda que tiene el ser humano en su corazón lo convierte en un sentimiento profundo –que se llama el verdadero amor– hace que su vida se transforme en una luz, en armonía, en gozo, en dicha.
Desde aquí, desde la casa de Julieta en Verona, Paz y Alegría a todas las personas de buena voluntad y a todas las personas que viven en el amor pleno y verdadero su existencia.

Gumersindo Meiriño Fernández

Aquí tienes el vídeo:

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