Calle de la Misericordia en Melgaço Portugal

¡Qué tal amiga, qué tal amigo de la Semilla de la Semana!
Estamos en una pequeña ciudad de Portugal llamada Melgaço; en la parte histórica vean que es llamativamente elegante; simbólicamente tradicional, por decirlo así. Muy bien cuidada llena de flores incluso.

Y es una ciudad histórica en la que, recorriéndola hemos llegado a un lugar cuya iglesia se llama “la ermita de la Misericordia”, con una calle que se llama la calle de la Misericordia, con la Plaza de la Misericordia.
Una palabra que suena como muy a tradicional, muy, quizás, a lo antiguo, tal como es esta pequeña ciudad; sin embargo, es algo que realmente necesitamos implementar en nuestra vida si queremos llegar a tener en el corazón Paz, Armonía, Plenitud.

Sin misericordia no hay paz, sin misericordia no hay armonía, sin misericordia no hay plenitud. Quizá también deberíamos llamarle compasión, como dicen los budistas. Pero no importan tanto las palabras, lo que importa es realmente qué es lo que queremos decir y que es lo que llena y penetra en el corazón del ser humano cuando decimos estas palabras.

Quizá podríamos resumirlo en una máxima de un tal Jesús de Nazaret que decía: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti mismo” o “Ama los demás como a ti mismo”.

Aquí estamos…, monumentos antiguos de sepulturas, –de personas que han pasado por este mundo–, aquí están unas sepulturas de piedra realmente llamativas de la antigüedad, delante de la ermita de la Misericordia. Ahí en un lugar parecido vamos a estar tú y yo, relativamente dentro de pocos años, no mucho más de 100 o de 200 años, me parece.
¿La misericordia y la compasión es algo que forma parte de tu vida?; ¿realmente miras al otro como te mirarías a ti mismo?; e ¿intentas tener un corazón compasivo, tener misericordia en cada una de tus acciones, de tus palabras, de tus pensamientos?, o por el contrario, más bien, ¿intentas hacer de juez?
Hay otra máxima de un tal Jesús Nazareno, de Nazaret, que viene a recalcar esto de la Misericordia: “No juzguéis y no seréis juzgados”.
¡Qué maravilla estas sencillas palabras llenan el corazón de misericordia! Estas dos máximas de Jesús de Nazaret, tanto si eres cristiano o no, practícalas, ten corazón misericordioso, ten corazón compasivo, y verás como tu vida toma otro color, toma otra dimensión.

Paz, Armonía y Equilibrio para el corazón compasivo para el corazón misericordioso.

¡Paz y alegría nos vemos dentro de 7 días!

Gumersindo Meiriño Fernández

Aquí tienes el vídeo:

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