¡Qué tal amiga, qué tal amigo de las semilla de la semana!
Estamos en una ciudad, –pequeña ciudad del centro de Portugal– llamada Tomar. Es una ciudad histórica, fundada por los templarios. Más allá de que, todo lo vivido en la Edad Media, –las órdenes militares, las Guerras medievales, las luchas los castillos, las fortalezas, que hay tantas aquí en Portugal– hay que interpretarlos en aquel contexto.
Hay, además en esta ciudad un ánimo de conservar las tradiciones, lo antiguo. Y una de ellas es también, los Tabuleiros, una fiesta femenina, una fiesta de la fertilidad, una fiesta de la ofrenda.
¿Qué son los tabuleiros?, construyen algo, como una especie de torre, con una corona en la cima de esa torre, hecha de flores, que ellas mismas, las mujeres cosen con distintos frutos, como el pan como el trigo y luego lo llevan en procesión. Y se hace un ritual, ahora en honor del Espíritu Santo. Al terminar esa fiesta todos esos frutos que ellas llevan en esas torres las ofrecen y las reparten entre lo más pobres, entre los necesitados. Y hacen –el día de la fiesta– como una especie de ofrenda: la llevan sobre la cabeza y al lado va el hombre pero la lleva la mujer sobre la cabeza, esa torre y el hombre como apoyo.
Vayas a donde vayas, –querido amigo, querida amiga–, a la cultura a la que te acerques, en la cultura a la que estés más unido, hay siempre un poquito de guerra, un poquito de conflicto, un poquito de lucha, quizá más cuando los varones están por medio, que buscan enfrentarse y ver quién es más poderoso a través de la fuerza de las armas y de las espadas en aquel tiempo.
Pero también hay una gran gana de agradecer, de dar, como contribuir con todo lo que nos da la Pachamama, la madre tierra, los frutos de la Tierra, como un don de agradecimiento. Y donde hay agradecimiento, tarde o temprano, surge también la paz, surge también la concordia, el acompañamiento de corazón, de eso que viene de la Madre Tierra.
Los hombres levantamos castillos, la Madre Tierra nos da frutos; y, de vez en cuando, –cuando nuestro corazón va a su esencia– es un corazón agradecido Viendo a los Tabuleiros, –que así se llaman estas mujeres que llevan esa especie de torres de flores en su cabeza, con los frutos que cosechan, en esta época del año– me da ganas de participar en este canto a la naturaleza, canto a los frutos, canto a la fecundidad y canto al agradecimiento. Que es también un canto a la paz, que supera, más allá de esos conflictos que a veces tenían los templarios y otras órdenes militares de todos los tiempos y en concreto en este caso en aquel tiempo de la Edad Media.
Agradecimiento y paz mejor que guerra y enfrentamiento. Me parece a mí, tú elige en tu corazón, en tus pensamientos y en tu vida. Elige el camino que quieras recorrer.
Paz y bien, paz y alegría; hasta la próxima semana
Aquí tienes el vídeo:
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