Día Cuarto: ¡Grandeza!
- Invocación inicial
Pedimos protección del lugar y de nuestra persona al ángel de la guarda, a nuestro ángel personal. Oración del Padrenuestro y el Avemaría
Luego puedes decir:
Ven Espíritu Santo ilumina mi mente, da calor a mi corazón para que entienda los mensajes de María que desata los nudos de mi vida. Con la ayuda de los ángeles guía mis caminos y dame fuerza para desatar esos nudos que voy descubriendo.
Amén
- Lectura:
» Y dijo María, después del saludo de Isabel:
«Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como había anunciado a nuestros padres– en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa»
- Reflexión:
En silencio habla con María ábrele la puerta de tu corazón, que ella pueda entrar en él.
Fíjate bien, ¿dónde está la grandeza de María? ¿Cuáles son los motivos por la que le dirán Bienaventurada por generaciones? ¿Cuál es el Camino que ella descubre, después del saludo a su prima Isabel?
¿Te identificas con ella? ¿En qué aspectos? ¿En cuáles no te identificas?
Analiza en los nudos de la importancia que le das tú a las cosas y dónde radica tu Grandeza, como ser humano, como Persona.
¿Por qué te esfuerzas? ¿Por qué lloras? ¿Qué cualidades te harían Grande e Importante?
Analiza y compara con las de María. Deja, con la ayuda de los ángeles, que ella siga desatando nudos de tu Vida.
Abre tu corazón para que la Luz entre en él y puedas Ver esos nudos y desátalos.
Tiempo de silencio
- Oración a María que Desata los Nudos:
Oh María, que guiada por los ángeles de la Luz has sabido interpretar la voz de la Sabiduría en tu corazón para ir tomando las decisiones adecuadas en cada momento de tu vida. Que puede ver con claridad cada uno de los nudos que impiden que mi vida fluya por senderos de paz, de armonía y de plenitud.
La cinta de mi vida la pongo en tus manos.
Muéstrame la forma, después de ver esos nudos, de desatarlos con tu guía y la ayuda de los ángeles de la luz.
Oh María que desate los nudos de mi vida. Amén
Oh María que desate los nudos de mi vida. Amén
Oh María, que desate los nudos de mi vida. Amén
- Invocación final:
Agradezco a mi ángel de la guarda su compañía y su protección del lugar, de mi energía durante este diálogo con María y sus ángeles de la Luz que me están ayudando a desatar los nudos de mi vida.
Termino con el Padrenuestro, el Avemaría y, al final, con esta advocación que es la más antigua conocida, con el cambio de la advocación a María.
Bajo tu protección nos acogemos, Oh María que desatas los nudos, no desoigas las peticiones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos siempre de todo peligro. Amén.
Si quieres conocer el origen de esta invocación haz clic aquí.
Para los otros días de la Novena haz click aquí.
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