
Día Quinto : ¡Dar a Luz!
Invocación inicial
Pedimos protección del lugar y de nuestra persona al ángel de la guarda, a nuestro ángel personal. Oración del Padrenuestro y el Avemaría
Luego puedes decir:
Ven Espíritu Santo ilumina mi mente, da calor a mi corazón para que entienda los mensajes de María que desata los nudos de mi vida. Con la ayuda de los ángeles guía mis caminos y dame fuerza para desatar esos nudos que voy descubriendo.
Amén
- Lectura:
«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.»
3. Reflexión:
En silencio habla con María ábrele la puerta de tu corazón, que ella pueda entrar en él.
Mira qué maravilla y qué milagro: una adolescente da a Luz a un varón llamado Jesús. ¡Qué hermosa expresión: Dar a Luz!
¿Hay oscuridades en tu vida, de esas que te atan, que te paralizan, que no te dejan ver?
Desata esos nudos, déjalos salir de esa zona opaca de tu existencia. Deja que entre la claridad.
Tobit se dejó guiar por el Rafael arcángel en su camino. Recuerda que en el fondo del cuadro de María la que Desata los Nudos está la imagen de Rafael guiando a Tobit. (si quieres conocer más haz clic aquí en la novena del arcángel Rafael).
¿De qué te quieres liberar hoy ante María, la que desata los nudos, que da a Luz? ¿Qué nudo piensas que te impide seguir tu camino, con Alegría y Paz?
Donde hay oscuridad no hay Luz. Donde hay Luz no hay oscuridad.
Abre tu corazón para que la Luz entre en él y puedas Ver esos nudos.
Tiempo de silencio
- Oración a María que Desata los Nudos:
Oh María, que guiada por los ángeles de la Luz has sabido interpretar la voz de la Sabiduría en tu corazón para ir tomando las decisiones adecuadas en cada momento de tu vida. Que puede ver con claridad cada uno de los nudos que impiden que mi vida fluya por senderos de paz, de armonía y de plenitud.
La cinta de mi vida la pongo en tus manos.
Muéstrame la forma, después de ver esos nudos, de desatarlos con tu guía y la ayuda de los ángeles de la luz.
Oh María que desate los nudos de mi vida. Amén
Oh María que desate los nudos de mi vida. Amén
Oh María, que desate los nudos de mi vida. Amén
- Invocación final:
Agradezco a mi ángel de la guarda su compañía y su protección del lugar, de mi energía durante este diálogo con María y sus ángeles de la Luz que me están ayudando a desatar los nudos de mi vida.
Termino con el Padrenuestro, el Avemaría y, al final, con esta advocación que es la más antigua conocida, con el cambio de la advocación a María.
Bajo tu protección nos acogemos, Oh María que desatas los nudos, no desoigas las peticiones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos siempre de todo peligro. Amén.
Si quieres conocer el origen de esta invocación haz clic aquí.
Para los otros días de la Novena haz click aquí.
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