
Día Octavo: El pan de los Pobres
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pedimos a nuestro ángel de la guarda, a nuestro ángel personal, protección del lugar y de nuestra persona, pedimos que nos lleve en espíritu a la presencia de los ángeles que rodean a san Antonio de Padua para recibir las gracias y los mensajes que nuestro espíritu anhela.
Oración del Padrenuestro y el Avemaría
Oración inicial
Recibo todo lo que el Espíritu Santo, envíe para mí, para mi familia, para la ciudad y la nación en la que vivo, para el planeta tierra, para el universo, por medio de Antonio; para que de esta forma guiado por ese mismo Espíritu, sea, como lo fue el mismo Antonio de Padua, un faro de luz y amor para todos los que me rodean. Amén.
De la vida de San Antonio
En el otoño de 1230, una vez terminada su labor ante el Papa y la Curia de Roma, Antonio regresó a Padua. Desde allí siguió con su misión de predicación en todo el norte de Italia, y escribió muchos discursos. Muchas horas de servicio de atención personal y de discursos le llevaron a un estado físico de agotamiento. Pero no impidió que acudiera al Consejo de Padua para que bajaran los impuestos y los estatutos a muchos pobres que estaban endeudados y no podían pagar.
De los escritos de San Antonio
Dice San Mateo: Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle.
¡Oh Padre, la cabeza de tu Hijo Jesús, que hace temblar a los ángeles, es golpeada con una caña; su rostro, que los ángeles desean contemplar, es manchado con salivazos, abofeteado; su barba es arrancada; le dan puñetazos, lo arrastran por los cabellos! Y tú, oh clementísimo, callas, disimulas y prefieres que Uno, tu Único, sea de tal modo escupido y abofeteado antes que toda la nación perezca. Honor y gloria a ti, porque con las escupiduras, los puñetazos y las bofetadas que recibió tu Hijo Jesús nos preparaste una triaca para expulsar el veneno de nuestra alma.
Te pedimos, Señor Jesús, que tú, el buen Pastor, nos guardes a nosotros, tus ovejas, nos defiendas del mercenario y del lobo, y nos corones en tu reino con la corona de la vida eterna. Ayúdanos tú, que eres bendito, glorioso y laudable por los siglos de los siglos. Que diga toda ovejita, toda alma fiel: Amén, Aleluya.
Reflexión: Todo lo que tenemos y somos es don, regalo. No lo merecemos. El Sol sale para todos, porque nadie ha hecho méritos especiales para que salga cada día. Por eso el compartir hace al ser humano más pleno, más feliz. El miserable y egoísta que acumula lo que hace es despreciar los maravillosos donde que recibe. Su corazón se acartona, envejece.
Antonio agotado acude en ayuda de los pobres de Padua.
¿Eres generoso con las personas que tienes a tu lado? ¿Ves en que puedes ayudar a los que están a tu lado, –de forma discreta– sin colgarte medallas por ello. ¿Eres generoso con la vida, contigo mismo, sin dejarte llevar por la ambición y la avaricia?
¿Qué es la ambición, la avaricia, la generosidad, el compartir? Palabras para estudiar, ¿por qué no las buscas en el diccionario y las piensas en oración con tu amigo Antonio de Padua?
La Asociación El Pan de los Pobres, que se inició con Antonio de Padua es una de las Organizaciones Benéficas que más ayuda a los pobres.
Hablo con Antonio de Padua unos instantes sobre estos temas u otros….
Oración por intercesión de Antonio de Padua
Oh Dios que siguiendo el ejemplo de Antonio de Padua pueda abrir mi corazón a las necesidades que me muestra el espíritu para bien mío y para el bien de los que tengo a mi alrededor, empezando por mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo. Que abra mi corazón y pueda descubrir los misterios maravillosos del compartir con los demás seres humanos el don de la Vida. Amén. Así sea.
Te invito a recitar la famosa oración que millones de personas recitan recordando a Antonio de Padua en todo el mundo, haz clic aquí
Invocación final:
Agradezco a mi ángel de la guarda por su compañía y por la protección del lugar, de mi energía durante este diálogo con Antonio de Padua y de los ángeles que le rodean.
Termino con el Padrenuestro y el Avemaría.