DÍA SÉPTIMO: A la sombra del Omnipotente no temeré

San Benito y el silencio

ORACIÓN INCIAL PARA TODOS LOS DÍAS

San Benito, que durante siglos has sido el protector e intercesor de millones de personas de todas las épocas. Protege de un modo especial a cuantos acudimos a hablar contigo durante estos días.  Protege a los enfermos, a los inocentes, a los niños, a los necesitados, a los que no tienen trabajo, a todos los que necesitan ayuda.

Aparta de nosotros todo mal, toda maldición, toda enfermedad, toda persona que nos perturbe y nos quiera hacer daño.

Danos el aliento para caminar siempre como hijos de la luz en este mundo y siempre. Amén

Te pedimos especial mente en esta novena…. (pídase)

R. El Señor es mi refugio

No faltan pruebas, ni dificultades. No le faltaron al abad san Benito. Pero sabemos que nos movemos y actuamos a la sombra de Dios, que estamos protegidos por seres espirituales que están con nosotros. El miedo, la cobardía, la oscuridad…, no tienen la última palabra para los que caminan bajo el manto de Dios, porque Él es «mi refugio» en la adversidad. Pasaremos las pruebas, superaremos las dificultades…, con garbo y valentía, en el nombre de Dios y con los santos ángeles abriendo nuestros caminos.

Ora et Labora. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

¡San Benito, que con tu ejemplo abriste sendas nuevas a los seres humanos que habitan el planeta tierra, bendice cada una de nuestras pisadas para que sean de Luz!

Que todo lo que pedimos y deseamos en esta novena se cumpla de acuerdo a la voluntad de Dios. ¡Ora et Labora! Amén

Puedes decir ahora las siguientes oraciones:

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

¡Jesús, en ti confío!

¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

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