Invoca a tu ángel de la Guarda. Pídele que te rodeen con su luz.

Recuerda que el lugar esté limpio. Pon el despertador para que a la media hora máximo puedas terminar…

Antes y después de la meditación es bueno tomar un vaso de agua.

Si vives en una ciudad donde los ruidos de motos autos etc son tan estridentes…, conviene tener música adecuada de fondo.

Si hay silencio lo mejor es el Silencio.

LA MEDITACION

RELAJACIÓN

Empieza tu meditación como de costumbre: cuerpo relajado, tanto si es en el suelo como en una silla. Relajado. Columna erguida. Respiración natural por la nariz, suave, con naturalidad. Puedes cerrar los ojos sin forzar. Todo de forma suave. Concéntrate en la respiración.

Durante cinco minutos, más o menos, concéntrate en la respiración. Luego comienza a relajarte, con la imaginación empezando por los pies…, pantorrilla, rodillas… estómago… hasta llegar a los hombros…

Ahora intenta sentir los latidos de tu corazón. Esto te va a llevar un minuto o dos…

EL EJERCICIO

(Puedes grabar las indicaciones y luego guiarte con tu propia voz)

Deja que venga a tu imaginación un sentimiento, una emoción, un dolor, una angustia…, SOLO UNA….

Que entre, ábrele la puerta, sin miedo, siente incluso el dolor, si te vienen las lágrimas no las reprimas, no las enfrentes, ni al dolor ni a las lágrimas….

Foto Paula González Meiriño

Imagina que sale una rosa de tu corazón, una rosa roja, hermosos colores, perfume embriagador y suave…, crece la rosa, crecen sus flores, su perfume….

Al lado de la rosa sigue ese dolor, ese sentimiento que tanto te lástima…, la rosa crece al lado y ella, esa rosa roja brillante es cada vez más grande, más grande, es más bella, más bella…, sientes cada vez más su perfume embriagador…

Ahora abraza la rosa, con fuerza ella se deja abrazar y entonces sientes unos pinchazos, estamos trabajando con la imaginación. La rosa tienes espinas que hacen que broten de tu corazón gotas de sangre, de tu pecho, …., que caen a tus pies, y poco a poco se pierden en la tierra.

Se limpia se purifica ese dolor, fecunda la tierra que pisas… (si tienes devoción al Sagrado Corazón de Jesús o a Jesús de la Misericordia puedes imaginar como esa sangre que brota de tu pecho se limpia y purifica, uniéndose a los rayos de luz que salen de su corazón…, caen limpios en la tierra…)

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Ahora sueltas la Rosa. Sientes que deja de pincharte, pueda que abrigues cierto alivio, o, a lo mejor brotan lágrimas no las enfrentes, en realidad no luches contra nada, contra ningún sentimiento que pueda surgir mientras te apartas de tu Rosa…., deja que todas las emociones y sentimientos sigan su camino. Solo abraza el primero.

Si quieres puedes ahora decir desde el fondo de tu alma muy suave y con la mente GRACIAS….

Poco a poco regresas a la respiración. Suave, tranquila….

En el aquí y ahora, le agradeces a tu ángel de la guarda…., y poco a poco sientes tu cuerpo.

Jaculatorias: Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.
Jesús en ti confío.
Libero mi corazón de todo lo que me pesa
Libero mi corazón de toda angustia y tristeza
Has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino (salmo 4)

NB: Conviene hacer esta Meditación nueve días seguidos. No importa que le emoción que se presente sea siempre la misma o sea distinta cada día.

Es una meditación sencilla, conviene que leas varias veces las instrucciones y luego la apliques, no te olvides nunca del despertador para no pasar de la media hora.
Paz y Alegría. ¡Escucha a tu Corazón!

Gumersindo Meiriño Fernández

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