Resulta llamativa la cantidad de fiestas que hay en las diversas culturas.
Estas fiestas, parece al menos, han aumentado en número en estos últimos años de forma geométrica.
La fiesta es momento de alegría, de felicidad, de esparcimiento del cuerpo, del espíritu.
La fiesta es reflejo de la alegría del corazón.
Ahora bien, corremos el riesgo de que la fiesta, sobre todo convertida en excesos, por la cantidad y por la forma de celebrarla, se transforme en una huida de la realidad.
Fiesta con excesos, desproporcionada es una forma de evadir la dura realidad de cada día.
La fiesta, la auténtica, es la que refleja espontáneamente lo que llevamos en el corazón.
Unas terminan en peleas, discusiones, alcohol, promiscuidad…
Las otras “alegran el corazón, se gozan las entrañas y el cuerpo descansa sereno”.
Las unas terminan en confusión, aturdimiento, desesperación para que regresen cuanto antes ….,
En las otras uno sale rejuvenecido para seguir en el sendero de la vida con firmeza y claridad.
Que el salmo de esta semana te acompañe en los senderos de la vida y, en ellos, encuentres gozo y alegría que proceden de vivir en la presencia de Dios, porque Él te guía.
Hasta la próxima semana. Recibe la bendición del Dios del Gozo y la Alegría.
SALMO 16 (15)Alégrate. Fiesta |
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