Esteban Verellén

La llegada del rey.

Me dijo que no volvería a ser negativo, que cada mañana se  levantaría daría gracias a Dios y miraría todo con ojos de bondad y lo pintaría todo del color optimista.

Ayer le pregunté qué tal estaba. Respondió que había tenido un día muy feo. Que se había cortado la luz. Que el empleado le había hecho una cosa mal. Que aún por encima con el disgusto no había podido dormir y que ahora tenía que ir a una fiesta familiar y se sentía fatal.

No podrás cambiar muchas de las circunstancias que te rodean, pero sí la actitud con que las miras. El rey llega, pone orden, gobierna, decide…., Tú eres el rey decide, gobierna, pon orden. Tu vida será lo que el rey decida.

Tú eres el rey

Salmo 72(71),1-2.7-8.12-13.17.

Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.

Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.

Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.

Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz.