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Foto Elia Guardiola

Al ser humano le cuesta mucho aprender, en muchas ocasiones repite, repite hechos que le lastiman, pero cuando se le vuelven a presentar, parece que no tiene los instrumentos para no volver a las andadas.

Algo que nos hace aprender es analizar nuestra vida de acuerdo a donde nos movemos. El ambiente que nos gusta y al que acudimos con frecuencia cuando tenemos tiempo libre nos dirá exactamente donde está centrada nuestra mente y nuestro corazón.
Si estamos arriba en lo alto, si llevamos una vida noble, aprendemos con más facilidad, vemos la realidad de forma distinta y nos damos cuenta del aquí y ahora, lo disfrutamos, nos sentimos plenos.
Fíjate si te arrastras por lo bajo y te llenas de golpes o si has decidido subir  a lo alto y disfrutas de la vida, cada día.
Hasta mañana, feliz día.

Cántico de Isaías Is 33, 13-16

Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi fuerza.

Temen en Sión los pecadores,
y un temblor se apodera de los perversos:
«¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?».

El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión;
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.