Entonces dijo Jesús: «Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».
+++
El incienso desde tiempos inmemoriales se ha utilizado para acompañar la oración, la meditación.
La oración es como el incienso que sube lentamente al cielo. Es como la unión de la palabra, la intención y algo físico como el humo perfumado del incienso.
Así es tu oración sincera, –incluso cuando recitas el salmo de hoy–, con el corazón, la fuerza de tu aliento sube de forma similar…
Eleva tus manos, al atardecer, como nos recuerda el salmista de hoy y esa oración sube como el incienso. Al caer el sol también es una buena hora para hacerlo.
Afirmación: Suba mi oración como incienso a tu presencia
Paz y bien, feliz día.
Hoy es la fiesta de Hildegarda de Bingen, mística, sanadora, música, visionaria, profetisa, santa… alemana, la «Sibila del Rhin». Conócela un poco más, haz clic aquí.
Salmo 140
Señor, te estoy llamando, ven de prisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.
Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos;
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.
Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo seguiré rezando en sus desgracias.
Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.
***
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete