
El salmo relata uno de los acontecimientos más entrañables del ser humano, la boda, la unión del hombre y la mujer. Esto cambia la existencia, el mapa humano…como dice el libro del Génesis: «Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y vendrán a ser una sola carne» (Gn 2,24).
La reina-esposa avanza, con su séquito nupcial cargada con los dones, hacia el rey, prendado de su belleza.
La relación del hombre y la mujer es, no solo una unión física, una íntima relación que va mucho más allá.
Si eres hombre, ¿cómo miras a la mujer? Si eres mujer, ¿cómo miras al hombre?
Como mires eso eres…., un ser meramente instintivo, un ser espiritual… ¿Miras a los ojos?, ¿miras con respeto?
Hasta mañana te dejo con el salmo de la novia, el día de sus esponsales. Bendiciones
SALMO 45-44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra».
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Precioso el salmo de hoy! Gracias!