En distintas ocasiones los salmos indican una serie de condiciones para entrar en el templo. El lugar sagrado al que había que entrar preparados para ser dignos de estar en la presencia de Dios.
Cada uno puede analizar las distintas actitudes que propone este maravilloso canto.
Te recuerdo una para que la tengas en cuenta, cuando estés en un templo, cuando salgas a tomar mate o café con los amigo-as, cuando te relaciones con tu familia o con tus compañero-as de trabajo…
No difames a nadie, no hables mal de nadie…, todo lo que salga de negativo por tu boca deja mal olor en tu corazón, en tu mente, en tu ambiente.
Si hablas procura dejar buen olor, con una palabra de aliento, una semilla positiva, una sonrisa amable
Feliz día, entra con alegría en el templo si vas, y, sino disfrútalo sembrando palabras positivas.
¡Ah, me olvidaba!, si ayer decíamos que Dios observa, hoy, recuerda que también escucha. Paz y bien.
SALMO 14
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