gumer-meirino-salmo-111-110En la vida todos buscamos algo. Ese “algo” le damos varios nombres. En el fondo del corazón, en todos es el mismo objetivo, lo que pasa es que elegimos caminos diversos.
Pues bien, el salmista nos habla de las obras de Dios que son “esplendor y belleza”, las de sus manos, “justicia y verdad”.
Habla con Dios en tu corazón  y busca el esplendor de la belleza, que pasa por encontrarte en el camino con la justicia y la verdad y ¿cómo sabrás que son verdaderos? Pues en realidad no lo sabrás porque tu corazón estallará en un canto de acción de gracias de todo corazón a Dios.

Buen día, bendiciones.

SALMO 111-110

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Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

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