Foto Carlos Vitileschi
Foto Carlos Vitileschi

Es demasiado importante la luz.
Dice Jesús “yo soy la luz del mundo”.
Cuando se corta la luz, en seguida, buscamos una lámpara que nos ilumine.
En una ciudad cercana a donde vivo una gran avería les dejó sin electricidad unos largos días. Comentaba un joven, “¡qué porquería, otro día sin luz”.
Pues, a partir de hoy, querido amigo-a, ningún día sin luz. Ningún periodo de tu vida sin encender la lámpara del corazón y conectarse con Dios, con su Palabra.
¡Todos los días con luz! Feliz fin de semana.
Bendiciones para ti y para tu familia.

SALMO 119-118, 105-112

Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.

Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.

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