Este es el salmo más pequeño del salterio. Casi no da tiempo de degustarlo.
Empieza con una alabanza a Dios y sigue con el recuerdo de algo que veíamos ayer, Dios es siempre fiel y siempre misericordioso.
La alabanza que propone es universal. El reconocimiento universal del Dios fiel y misericordia porque Dios no hace acepción de personas, ante Dios todos somos iguales.
Esto es lo grande y hermoso que tiene descubrirse hijo de Dios, más allá de las razas y culturas.
Hace algún tiempo el hijo del dueño de un gran negocio se enamoró de una de las empleadas de segunda fila que trabajaba para su padre. Contra viento y marea mantuvo su amor, se casó y formó su familia.
Cuento esto porque esa misma familia rezaba el padrenuestro cada día y presumía de vivir el Evangelio pero no podía entender como alguien de su familia se podría casar con un empleado.
Trata a todos por igual, con respeto y cercanía, con atención, recuerda que solo a si tiene pleno sentido la frase del salmo de hoy, alabad “todos” los pueblos, “todas” las naciones.
Feliz día, respeta, saluda sé amable con todo el que se cruce en tu camino, feliz día.
SALMO 117-116
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.