salmo-131-gumersindo-meirinLa infancia espiritual, se llama, a sentirse en los brazos de Dios Padre, como un niño pequeño, como hizo por ejemplo, Teresa de Lisieux.
Ojos altaneros, corazón ambicioso, no es lo que nos acerca a la verdad, sino una humildad de corazón, que acepta la realidad, tal cual es, y camina con confianza, porque se sabe en los brazos de Dios Padre-Madre. Como un niño pequeño se tranquiliza al ver a su mamá, así lo hace alguien con fe que sabe de quien se ha fiado y quién le guía.
Así se avanza con mayor fe y confianza. Feliz día, bendiciones.

SALMO 131-130

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *