bariloche-2017Viernes, es un día apropiado para unirse en oración con los millones de personas que en tiempo de cuaresma hacen penitencia, oran más intensamente e intentan purificar dejando ir todo lo malo de su vida.
La petición de disculpas, de perdón es una medicina eficaz y necesaria para el alma.
No te quedes con sufrimientos en tu corazón.
Tienes enojo, rencor, ira, envidia…, límpialos, purifícalos.
Tienes algo contra alguien perdónalo, discúlpalo no te quedes con ese peso.
Tiene alguien alguna queja en tu contra, pídele perdón, disculpas, si puedes físicamente, sino en el espíritu.
Este salmo es especial para liberarte de pesos pasados y pesados, valga la redundancia, esos que te roban la paz y la alegría.
Lo compuso y rezó por primera vez, hace miles de años, un gran rey, una gran persona, un gran pecador, el rey David.
Paz y bien, hasta mañana amigo-a.

SALMO 51-50

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

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