
Dios está presente en las luchas de cada día. Dios ve las justicias y las injusticias. Las más profundas e internas del alma humana. Nosotros vemos las apariencias, lo que analizamos a través de nuestra pequeña mente. Interpretamos así la realidad. Así muchas veces.
Hace unos años una señora me dijo: −¿qué le parece mi hermano? Yo le contesté,− me parece una buena persona, es un poco introvertido.
Al día siguiente el señor pidió hablar conmigo y me encaró diciendo: −¿Quién es ud. para hablar de mí mal a los demás? −Disculpe−respondí−si le falté al respeto, yo dije que me parecía un poco introvertido, si le ha ofendido, le pido disculpas.
−Ah, perdone, perdone usted.−dijo interrumpiendo mi respuesta− había entendido que me había llamado entrometido., disculpe usted, ha sido una mal interpretación.
Así nos pasa a nosotros con nuestras interpretaciones de las realidades. Solo Dios ve todo, solo Dios es totalmente justo.
Hoy ama la justicia, sé justo, Dios lo ve, El es justo, tendrás tu recompensa…, sino revisa cómo interpretas la justicia, revisa −si es introvertido o entrometido− no te confundas.
Hasta mañana, paz y bien.
Salmo 9
Te doy gracias, Señor, de todo corazón contando todas tus maravillas;
quiero festejarte y celebrarte cantando en tu honor, Altísimo.
Porque mis enemigos retrocedieron, tropezaron y perecieron en tu presencia.
Pronunciaste sentencia en mi favor, sentado en el tribunal, juez justo.
Reprendiste a los paganos, destruiste al malvad0
borrando su nombre para siempre.
El Señor reina eternamente, dispone el tribunal para juzgar.
Ellos perecieron, se acabó su recuerdo;
redujiste sus ciudades a ruinas perpetuas.
Él juzga el mundo con justicia,
sancionará a las naciones con rectitud.
El Señor es un refugio para el oprimido,
un refugio en momentos de peligro;
los que reconocen tu Nombre confían en ti,
porque no abandonas a los que te buscan, Señor.
Canten al Señor que reina en Sión,
cuenten sus hazañas a los pueblos, pues, el que ama a los que lloran,
recuerda su lamento, no olvida el grito de los oprimidos.
¡Ten piedad, Señor!
mira mi desgracia, causada por mis enemigos,
tú que me levantas del portal de la Muerte,
para que pueda proclamar tus alabanzas
desde las puertas de Sión, y alegrarme con tu victoria.
Se han hundido los paganos en la fosa que hicieron,
su pie quedó atrapado en la red que escondieron.
Apareció el Señor para hacer justicia,
y el malvado se enredó en sus propias obras.
Vuelvan al Abismo los malvados, los paganos que olvidan a Dios;
que el indigente no será olvidado para siempre,
y la esperanza de los pobres nunca se frustrará.
Levántate, Señor, no prevalezca el hombre,
juzga a los paganos en tu presencia;
Infúndeles, Señor, tu terror;
sepan los gentiles que sólo son hombres.