Este salmo termina con un cántico gozoso. Muchos estados de ánimo se pueden pasar en la vida, en la existencia. Tú seguro que ya has pasado por muchos, pues al final solo y siempre prevalece lo más fuerte: el amor.
Cántico gozoso de triunfo y esperanza.
Nunca te canses, nunca te desesperes…, recuerda, pase lo que pase, por el medio del camino, no olvides que si no te sales de él, llegas a la meta, al final está el amor, siempre gana.
Hasta mañana, ponte del lado del “vencedor”.
Bendiciones
SALMO 31-30 II
¡Qué grande es tu bondad, Señor!
La reservas para tus fieles
y ante todos la muestras
a quienes se acogen a ti.
En tu escondite personal los escondes
de las intrigas de los hombres,
los ocultas en tu tienda
de lenguas murmuradoras.
Bendito el Señor,
que me ha mostrado su ternura
desde la ciudad fortificada.
¡Y yo que decía a la ligera:
me has echado de tu presencia!,
pero tú escuchaste mi súplica
cuando te pedí auxilio.
Amen al Señor, todos sus fieles,
que el Señor guarda a sus fieles,
pero castiga con creces a los orgullosos.
¡Sean fuertes y valientes
los que esperan en el Señor!