Tienes razón cuando me dices que no basta con los buenos deseos, tienes razón, son necesarios, además, los hechos concretos.
Aunque tienes razón, no olvides que para que lleguen las buenas acciones es necesario fomentar los pensamientos y los deseos limpios, nobles, positivos…, si no vences esa cierta tendencia al pesimismo, a criticar a todos, si nacen en tu corazón deseos perversos y no eres capaz de decirles NO, no te engañes aun te falta un largo trecho para entender el camino del bien y la bondad, que son los que te llevan a la plenitud y a la felicidad.
Fomenta los buenos deseos, cada día.
Con los mejores deseos para tu jornada de hoy, te espero mañana como cada día.
Salmo 121
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.