Esta es una oración de alabanza cósmica.
Unidos a la creación alabamos, damos gracias, entonamos himnos…
Nos unimos a los coros celestiales de los ángeles, a los astros del cielo, pasando por los elementos que se van presentando en ordenada procesión ante su Dueño y Señor.
Unidos a toda la obra de la Creación al Cosmos penetramos un poco más el misterio de Dios Creador Providente que gobierna cielo y tierra.
Con nuestra humilde voz nos unimos al coro universal que resuena más allá de las estrellas en esta bóveda coronada de astros y cuyo espacio es el cosmos.
Cuando miramos todo esto no podemos dejar de quedar pasmados, maravillados, extasiados…
A veces, nos podemos distraer en algunas de nuestras pre-ocupaciones materiales, pero si levantamos un poco la vista al cielo, a esa cúpula de estrellas que nos cobija y todo lo que envuelve… cantaremos alabanzas, daremos gritos de júbilo con el alma y el corazón.
Feliz día mirando las obras de Dios. Bendiciones.
SALMO 149-148
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.