Cada día veinticinco de agosto, salmo 85-84, la justicia la paz la alegría
Foto Diego Pantaleón
Hay dones que el ser humano anhela con pasión. Algunos de ellos pueden ser éstos: la alegría, la justicia, la paz.
En el salmo se presenta la forma de conseguir estos tres deseos profundos del alma, que pasa por la purificación, el perdón, la misericordia.
Es un salmo para rezar no solo hoy sino durante todo el año para que salga a la luz, la verdad y la justicia, en mi vida, en la tuya, en la humanidad. Paz y bien, hasta mañana.
SALMO 85-84
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Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.