En el sistema solar, todo gira alrededor del sol.
Cuando analizas tu vida y yo la mía, corremos el riesgo de pensar que, es como un sistema solar, en el que el sol, eres tú, soy yo.
Por lo tanto, si yo soy el sol, en mi sistema solar, todo gira en torno a mí.
El salmo de hoy nos recuerda que el Universo es mucho más grande que el sistema solar y que “tu sistema solar”.
Hace unos años un hijo de una familia tradicional se enamoró de una mujer que no era la suya, abandonó su hogar y se fue a vivir, hasta ahora sigue con ella, con su nueva esposa. La madre entró en una especie de crisis, enojo, rabia…, y solía decir: ”lo que me ha hecho mi hijo no tiene nombre, lo que nos ha hecho a la familia…”
El hijo, se planteaba, también esta misma cuestión, “lo que sufre mi madre….”
Pero, le pregunté un día: “¿tu mamá sigue viva, va de compras, visita a la abuela, ….? Tu mamá amigo sigue la vida, no se murió ni se paralizó, come, camina, bebe, se duerme, abraza a su esposo, tu padre…, todo sigue más o menos igual…, porque tú te hayas separado no ha dejado de respirar…, o sea que, deja ya de pensar que los demás no pueden vivir sin mirar lo que tú decides…”
El salmo nos recuerda que el centro del universo, no soy yo ni eres tú, sino Dios. El mundo sigue su rumbo, su camino…, cada uno sigue el suyo.
Y menos mal, que ni tú ni yo, somos el centro porque …, no sé qué pasaría…
Mientras tanto el universo sigue su rumbo, cierto, seguro, porque , dice el salmo, “Dios rige el mundo con justicia”.
¡Qué paz y tranquilidad, da saber esta verdad profunda y misteriosa! ¡Feliz jornada! Bendiciones.
SALMO 98-97
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
¡Qué hermoso lo que decís hoy Gumersindo, menos mal que no soy el centro del universo sería demasiada carga .. como la que llevé por muchos años y ustedes me enseñaron a dejarla…, gracias!