El ser humano toma decisiones constantemente. Te levantas y decides qué desayunar, cuándo,…, dentro de tus posibilidades, y así miles de decisiones a lo largo del día.
También en muchas ocasiones estas decisiones se refieren a tu vida espiritual. Tú decides si quieres tener la mente en Dios, en el pasado, en el futuro, distraído en cosas banales…
Eliges entre ser cruel y ser comprensivo; entre ser irónico y atento; entre ser malvado a ser misericordioso….
Está atento a lo que eliges, para no llevarte luego sorpresas.
Recuerda lo que dice Jesús, «el que siembra vientos cosecha tempestades».
Elige buena semilla, sé misericordioso, atento, pon tu mente en cosas que te ayuden a ser más humano.
Salmo 100(99),2.3.4.5.
Sirvan al Señor con alegría,
lleguen hasta él con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios:
él nos hizo y a él pertenecemos;
somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas dando gracias,
entren en sus atrios con himnos de alabanza,
alaben al Señor y bendigan su Nombre.
¡Qué bueno es el Señor!
Su misericordia permanece para siempre,
y su fidelidad por todas las generaciones.